miércoles, 25 de junio de 2008


"Germania, Anno Zero" Roberto Rosellini, "Brutti, Sporchi e Cattivi" Etore Scolla, "Le Notti bianche"/ "Muerte en Venecia" Luchino Visconti, "Matrimonio All' italiana" Vittorio De Sica, "Belle de Jour"/ "El Angel Exterminador" Luis Buñuel, Gato Negro, Gato Blanco"/ "Underground" Emir Kusturica, "Schrei auf Stein" Werner Herzog, "Metropolis"/ "M, el Vampiro", Fritz Lang, "Nosferatu" FW Murnau, "American Psycho" Brett Easton Ellis, "Eyes wide shut"/ "Barry Lyndon"/ "Lolita" S. Kubrick, "Scenes from a Marriage"/ "Sommerlek"/ "Fanny och Alexander"/ "Saraband" Ingmar Bergman, "Obras maestras del terror" Narciso Ibañez Menta, "Der Kabinett des Dr. Caligari" Robert Wiene, "Die Blechtrommel" Volker Schlöndorff, "Hundejahre" Gunther grass, "Rennt, Lola" Tom Tykwer , "Der Krieger und die Kaiserin" Tom Tykwer, "Dreams of Akira Kurosawa" A. Kurosawa, "7 samurais" A. Kurosawa, "Trono de sangre" A. Kurosawa, "Sweet and Mellow" W. Allen, "Matchpoint" W. Allen, "Mannhatan" W. Allen, "Limelight" Charles Chaplin, "The seven year Itch"/ "Some like it Hot" (Marilyn Monroe) Billy Wilder, "The Misfits" (Marilyn Monroe) John Houston, "Casablanca" Michael Curtiz, "Gilda" Charles Vidor, "Gone with the Wind" Victor Fleming, "Freaks" Tod Browning, "In weiter ferne so Nah" Wim Wenders... por ellos soy quien soy.

domingo, 22 de junio de 2008

Pepino el 88, en el teatro Alvear

Para escapar a la rutina de un fin de semana tapada hasta la nariz viendo TCM, me di una vuelta por el complejo teatral de Buenos Aires. Como de costumbre del hall principal tomé un ejemplar de la revista cultural del gobierno de la ciudad. Lo esperado, un desastre, la sección teatro: ¡no existe!... y justo que iba decidida a deleitarme con alguna obra maestra de Moliere o Bertold Brecht porque lo que proyectaban en la Lugones me aburría. En fin, hacía tiempo que miraba con curiosidad desde el colectivo, el enorme cartel con la foto de Víctor Laplace en la marquesina del Teatro Alvear promocionando la obra "Pepino el 88", un musical argentino.


Me llamaba la atención el recuerdo que tenía de una revista de la infancia donde habían publicado una antigua foto de uno de los Podestá vestido con el mismísimo traje de payaso de ese Pepino del cartel, la nota contigua hablaba sobre los comienzos del teatro en la Buenos Aires de fines de siglo XIX. Ese también era el argumento del impecable musical, pero solo lo supe del librito que me dió el acomodador de butacas.


Por unos pocos pesos disfruté de una ubicación excelente, la función comenzó puntual y el intervalo duró exactamente cinco minutos "para ir al baño y no hacerse pipí en la butaca", como explicó un clown del reparto. Mientras duraba la pausa, dos payasos arrojaron caramelos al aire entreteniendo de manera desopilante al público que decidió permanecer en la sala. En el baño de damas, señoras de tapado de piel comentaban que Laplace rondaría los sesenta años y comentaban lo bien que le quedaba el papel. El despliegue actoral, las rutinas acrobáticas y la destreza que el reparto demuestra sobre el escenario son dignas de ver. Ni hablar del logrado guión con tinte político de Daniel Suárez Marzal, ambientado en los albores del siglo pasado que "sin querer" son un calco de la situación actual del país.


Suenan murgas, gatos y tangos con una orquesta en vivo dirigida por el Sr. Federico Mizrahi (quien escribió la música) durante dos horas que uno desea que no terminen nunca. Sinceramente un espectáculo divertidísimo y porqué no, altamente recomendado también para los niños ya que visualmente es una obra atractiva, con personajes llenos de color y gracia y un Laplace sin desperdicios.

lunes, 2 de junio de 2008

Ultimo día de licencia


Han transcurrido ya los quince y relajados días de licencia. He decidido festejarlo escuchando a María Callas y alguna ópera de Wagner. Mi psiquis se prepara para enfrentar la rutina que recomienza mañana y aprender a sostenerla como una malabarista del "Cirque du Soleil".
La música ha sido desde siempre mi mejor amiga y terapeuta. Desde los días de conservatorio durante la niñez, cuando las notas de mi guitarra iban secando las lágrimas de duros momentos.
No hay forma más bella de pasar el tiempo libre...