lunes, 14 de septiembre de 2009

Venciendo la antisociabilidad


Hace mucho que no escribo, no por falta de tiempo, ni por falta de ideas sino por una de esas espantosas crisis de personalidad por las que creo que todo el mundo pasa. Y lo creo sin ninguna certeza, es decir, a ciegas porque no puedo decir que sea una persona que se caracterice por su sociabilidad.

Es más, ultimamente he tenido que descartar varias amistades que no aportaban ya nada a mi existencia, y no lo lamento. A veces los viejos amigos suelen convertirse en relaciones distorsionadas y difíciles de mantener, al menos cuando se trata de personas de distinto sexo, en algún momento alguien quiere trascender la barrera infranqueable y entonces se termina la amistad, ya no hay punto de retorno. Otras veces los años desgastan las conversaciones y los roles de amistad se tornan un círculo vicioso, nada saludable por cierto.


Es en esos momentos cuando me planteo renovarme, buscar nuevos amigos, pero justamente me doy cuenta de lo difícil que es para mi lograr este objetivo y aún más mantener las relaciones a través del tiempo. Sin embargo, no puedo negar que el hábito de relacionarse con otras personas sea un hábito por demás saludable y enriquecedor, solo desearía tener el talento que para ello se requiere.