miércoles, 4 de agosto de 2010

Aquél rock and roll progresivo de la primera infancia


En el año 1985 yo apenas podía arrastrar un cajón de manzanas cargado de juguetes viejos. Recuerdo que llovió en navidad y que proyectaron Superman con Cristopher Reeve en canal trece, puede que también hayan dado Poltergeist. Afuera la gente lucía sus raros peinados nuevos, por la radio las Viudas e hijas del Roque Enroll cantaban Lollypop, pero dentro de casa aún predominaba todo el misticismo del rock progresivo de los 70's.
Solo había transcurrido una década desde la edición de Wish you were here de Pink Floyd grabado en Abbey Road, para mí era como haber nacido con ese mágico disco bajo el brazo.
Recuerdo muchas cosas, algunas un poco difusas como a Gianni Lunadei en Mesa de noticias, pero lo que más llevo grabado en la memoria de aquellos días es un cassette blanco que sonaba por las tardes. Se oía como una radio a la que le cambiaban el dial, voces, un fragmento de música clásica y depués la melodía que se haría indeleble en mis recuerdos. Así comenzaba Wish you were here.
El sonido del viento soplaba en la cima de alguna montaña imaginaria donde David Gilmour tocaba su guitarra mientras caía una intensa nevada, pero él seguía allí, imperturbable, tocando a pesar del frío. Aquella imagen recurrente surcaba mis pensamientos cada vez que sonaba esa cinta con mis ojos fijos en el techo.
Shine on your crazy diamond en cambio era como ver a Dios creando el universo, era imaginar planetas y constelaciones solo con escuchar el sonido de las cuerdas de Gilmour y aquel sintetizador que era capaz de transportarlo a uno en un viaje cósmico. Ese disco era como dar un paseo por el espacio exterior.

Wish You Were Here

So, so you think you can tell
Heaven from Hell,
Blue skys from pain.
Can you tell a green field
From a cold steel rail?
A smile from a veil?
Do you think you can tell?

And did they get you to trade
Your heros for ghosts?
Hot ashes for trees?
Hot air for a cool breeze?
Cold comfort for change?
And did you exchange
A walk on part in the war
For a lead role in a cage?

How I wish, how I wish you were here.
We're just two lost souls
Swimming in a fish bowl,
Year after year,
Running over the same old ground.
What have we found?
The same old fears.
Wish you were here.
(Waters, Gilmour)

martes, 3 de agosto de 2010

La pasión




La otra noche me encontraba en estado de insomnio post vacacional, y a las dos de la mañana me vi inmersa en una conversación más que interesante. Intentábamos con un colega del sexo opuesto debatir acerca de los sentimientos, las soledades y la posmodernidad. Temas tan complejos que sin dudas llenarían las bibliotecas públicas.

Entonces surgió de la charla una palabra de lo más atractiva y le dije: “podría escribir una reflexión sobre ella, no?” y él se ofreció a debatirlo si yo cumplía con mi premisa. La palabra era “pasión”. Yo decía que los periodistas y/o escritores adoran los elogios porque en sus escritos vuelcan toda la pasión que sienten al expresar sus ideas. A mí, por ser casualmente tan pasional, esas cinco letras me sugirieron sensualidad, porqué no erotismo, si cabe la interpretación ahora que lo he pensado más concienzudamente, creo que se trata de algo más profundo, pero lo primero que se me vino a la cabeza fue una escena de Lo que el viento se llevó en la que Clark Gable sostiene a Vivien Leigh entre sus brazos y la besa apasionadamente. Pero la realidad, por desgracia (para mi mente fantasiosa) no es igual a la ficción de aquél Hollywood de antaño.

Veamos, pasando a cuestiones más concretas, la pasión sería como el motor de la vida. Podríamos acaso tomar decisiones sin pasión?, podríamos vivir sin ella?. No es más satisfactorio equivocarse por ser apasionado que hacerlo cuando carecemos de este impulso?.

También pensé en otro factor importante al analizar esta palabra, y si la cuestión genérica influyera acerca de lo que cada uno pensara?, el análisis de mi colega podría ser totalmente lo inverso al mío o aportar sus aristas interesantes y completar las ideas que se vuelven con cada minuto más complejas.

En un momento se cruzaron en mi cabeza pensamientos acerca de la bipolaridad, la afección que torturó a Virginia Wolf hasta el ultimo día y que saboteara tantos proyectos en la vida de Edgard Allan Poe. Pensé en estos seres pasionales, en sus escritos, testimonios de las oscilaciones de sus estados de ánimo que iban desde la desolación hasta la dicha absoluta. Vidas dominadas totalmente por pasiones incontrolables. Entonces, puede la pasión enfermarnos o la enfermedad es la generadora de pasiones enfermizas?, acaso la pasión es bipolar?. Lo cierto es que en el común de los mortales, es decir, quienes no vivimos atormentados por nuestra propia genialidad este sentimiento es la base que sostiene muchas de las complejas estructuras de nuestras vidas, es más, hasta me atrevería a decir que constituye en sí el mismo deseo de vivir, ya que no se puede vivir sin pasión. Sin pasión no habría arte, ni ciencia, ella lo abarca todo.